31.8.08

A correr

Este año he tenido la oportunidad de salir de viaje todos los meses, y como para Agosto no tenía nada planeado, todos los fines de semana quise inventarme alguna razón para no estar en la ciudad y seguir con el patrón. Hasta ayer, pensé que no lo lograría...hoy, en el kilómetro nueve, redescubrí que hay viajes internos que nos alimentan más que los externos...
Todo empezó cuando de un día para otro le dije a mi cuerpo que corriera 10 km para la carrera que Nike organizó a nivel mundial. Convencí a mi mejor amiga de que fuera conmigo y ella a su novio y entonces los tres acabamos inscritos en The Human Race.
De repente, en sus marcas, listos, fuera, me encontraba sumergida en un mar rojo anaranjado llena de energía, sin tener ni siquiera una vaga idea de la distancia que estaba por recorrer.
Acompañada de mi música encontré mi ritmo y comencé a correr.
Uno, dos, tres kilómetros.
A Fer le dieron ganas de hacer pipí, y entonces empezamos a caminar esperando ver un baño.
Era el kilómetro cinco y no había tal.
Kilómetro siete, encontramos la solución junto al Auditorio Nacional. Para cuando los tres nos pusimos a correr otra vez, ya nos había pasado la ambulancia que siempre se va atrás de los corredores.
Sí, fue una triste escena.
Pero nos pusimos las pilas y, aunque haciendo pausitas porque ya se nos había bajado el ritmo que agarramos, llegamos al kilómetro nueve.
Quedamos en que ese último kilómetro no íbamos a parar hasta llegar a la meta. Así que, cansada y con una gran desesperación por llegar, me enfrenté a la mejor de las luchas que he tenido con mi cuerpo en muchos años.
Por un lado (el cansado), quería detenerme, respirar hondo y caminar a la meta.
Por otro (el resistente), sabía que así cayera desmayada en cuanto cruzara la meta, tenía que llegar corriendo. Y entonces esos últimos metros saqué fuerzas de todos mis rincones, de todos mis recuerdos, de toda mi gente...y lo logré.

28.8.08

La mejor de las luchas

La temporada de Improlucha ha empezado!!! Y para quien no sepa de lo que hablo, escribo.
El escenario, un ring.
Los personajes, ocho parejas de luchadores con roles van desde colegialas hasta talibanes, y tres réferis.
De qué se trata? De improvisar.
Los espectadores, al entrar al teatro, escriben en papelitos las frases y títulos más absurdos que se les puedan ocurrir, del tipo "Polo Polo, mi amigo bipolar", "A Chuchita la bolsearon" o "Tranquilo Bobby, tranquilo". Esos papelitos son sacados al azar por el réferi para que en cinco segundos la pareja participante se ponga de acuerdo en lo básico de la historia que van a desarrollar y todo lo demás lo improvisan. Y para hacerlo todavía más difícil, existen diferentes estilos de improvisación, como pueden ser comedia musical, cine mudo, hablar con frases que empiecen con una letra o con puras monosílabas. Por supuesto el resultado son historias sin sentido, llenas de detalles que hacen que te mueras de la risa. Y yo por eso soy tan fansssss. Lo único malo es que las funciones son los jueves, así que habrá que ver qué me invento para volarme la clase y poder ir a las 8:30 al Foro Shakespeare para ver el espectáculo mexicano más divertido que pueda existir.
Para quien no lo crea, aquí le dejo una probadita.

25.8.08

Detalles

“Run your fingers through my soul. For once, just once, feel exactly what I feel, believe what I believe, perceive as I perceive, look, experience, examine, and for once; just once, understand.”

El prof que me da Derecho Internacional es un viejito viejito viejito que siempre nos habla de sus años en la guerra, del amor que le tiene a su esposa que se le adelantó en el camino y de la responsabilidad que tenemos como juventud de sacar a México adelante. Hoy, fue su cumpleaños. Por eso desde la semana pasada armé una cooperacha para comprarle un pastel, y aunque a más de la mayoría le preocupó el hecho de no saber si era diabético o no, yo siempre supe que alguien que a su edad sigue dando clases es porque por sobre todas las cosas está sano. Así que yo llegué al salón con un pastel de chocolate y una gelatina de cajeta (los dos de Costco señores, donde recién descubrí que los postres son super buenos y baratos). Como su clase era a segunda, en cuanto se salió Azucena corrimos a adornar el escritorio para que cuando llegara viera velitas prendidas y todo. Pero por supuesto que, por ser sorpresa, las cosas no salieron perfectas y el prof llegó a su lugar antes de que estuviera todo listo. Y así, a un lado, viendo cómo se intentaba prender sus velas, se puso a llorar. A mí se me hizo un nudo en la garganta instantáneamente (incluso ahora que lo escribo), porque ver a un hombre llorar me parte el alma y si es un viejito ni se diga. La parte cuando ya no pude contener mis lágrimas fue cuando, después de la porra, nos dio las gracias por el detalle con estas palabras: "Mis queridos bukis, mi cumpleaños desde hace un par de años es un día muy difícil porque un día antes se cumplen años de la muerte de mi esposa y por eso les doy las gracias, porque con esto demuestran que uno no hace su trabajo en vano, porque todavía hay gente buena en el mundo". Casi corro a abrazarlo (pero por tonta me contuve). En mi mente de novela dramática me lo imaginaba yéndose a dormir sin nadie que lo abrazara durante la noche y entonces le pedí a la vida que le mandara mucho amor. Pero en el fondo sentí angustia y acabé pediendo más por mí, por poder llegar a esa edad en compañía de mi viejito a quién poder decirle con un beso buenos días...


24.8.08

Soul


Sour Soul, para ser exactos, es el nombre de la banda que fui a ver tocar el viernes a Pasagüero. Además de que el estilo que proponen me pareció bastante bueno, lo interesante del caso es que el guitarrista es un niño que conozco desde que íbamos en kinder. Por supuesto, la imagen que yo guardaba en mi memoria de Javi era la de un chavito de catorce años con el que siempre acababa riéndome, no la de un rocker que está como pez en el agua cuando se sube al escenario a tocar. Mi imagen de Javi tocando era con el profesor Fernando en clase de música, no echándose un solo de guitarra eléctrica en un bar del Centro. Por eso fue tan mágico verlo con su banda.

El sonido es de lo mejor que he escuchado por lo original que es, y la manera en cómo transmiten el gusto por lo que hacen te deja dispuesto a armar el club de fans saliendo del lugar. Es por eso que hablo de ellos, porque le apuesto muchísimo a lo que están haciendo y porque me da orgullo saber que todavía existe gente dispuesta a dedicarle su vida a algo tan maravilloso como lo es la música. No en vano Nietzsche dijo:


= Sin música, la vida sería un error =



16.8.08

Viernes

Con eso de que Luisa ya es adulta y trabaja arduamente, y yo llego a mi casa tarde de la uni, ya casi no la veo en el día.

:'( wuaaaaaaaa!!

Por eso creo que el viernes está por convertirse en día de hermanas. Y ayer fue de hermanas con sobrina.
Lorena, de (si no me equivoco) 13 años, es la hija de mi (medio) hermano por parte de mi papá. Y como hasta el lunes entra a la escuela, le propusimos invertir su último viernes en una pijamada con sus tías. Así que llegó alrededor de las nueve, fuimos a comprar pizza, chatarra y películas y nos tiramos a ver primero Stepmom. Creo que es la quincuagésima octava vez que la veo y sigo llorando. Cuando terminó yo me disponía a irme a dormir porque la película que querían ver era de miedo. No me pelaron cuando les dije que rentáramos Back to the future o El Rey León 1.5. Nooooo! No es pijamada si no es de miedo, llevemos El Orfanato para no poder dormir!! Al fin que no es horrible que salgan niños!! Y bueno, no sé cómo pero me quedé. Para ser sincera la mitad de la película vi al techo, pero igual cuando estaba en mi cama ese "1, 2, 3, toca la pared" me tenía alerta de cualquier ruido o movimiento. Todavía ellas, que durmieron juntas en el otro cuarto, se atrevieron a tocarme la pared para asustarme. Pero yo, valiente, no salí corriendo. En algún momento logré quedarme dormida y ya hoy, puedo decir tranquila que es una muy buena película, recomendable para un día de películas de esos que de cuando en cuando se mezclan en nuestros planes.


13.8.08

Back

Todavía con un poco de sabor a sal en los labios estoy de regreso en la uni. Aún sintiendo los efectos de julio 2008 tengo que volver a ocupar una banca de 4 a 10 de lunes a jueves, y aunque por supuesto extraño el agua y los delfines, el escenario podría ser peor. Las materias no están del todo mal y tuve la suerte de poderme cambiar de salón para conocer gente nueva, algo que siempre motiva. Y es que ya me había acostumbrado a ver el salón dividido en cuatro grupos, mi chimi y yo; por eso, hoy que todos fuimos a un karaoke porque el prof de la tercera clase no llegó, yo casi lloro de la felicidad. Me divertí muchísimo y me reí un tanto más. Después de todo, no por nada la mayoría de la gente coincide en que los años de la universidad son los mejores años de tu vida.