Todavía con un poco de sabor a sal en los labios estoy de regreso en la uni. Aún sintiendo los efectos de julio 2008 tengo que volver a ocupar una banca de 4 a 10 de lunes a jueves, y aunque por supuesto extraño el agua y los delfines, el escenario podría ser peor. Las materias no están del todo mal y tuve la suerte de poderme cambiar de salón para conocer gente nueva, algo que siempre motiva. Y es que ya me había acostumbrado a ver el salón dividido en cuatro grupos, mi chimi y yo; por eso, hoy que todos fuimos a un karaoke porque el prof de la tercera clase no llegó, yo casi lloro de la felicidad. Me divertí muchísimo y me reí un tanto más. Después de todo, no por nada la mayoría de la gente coincide en que los años de la universidad son los mejores años de tu vida.
13.8.08
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