22.7.07

Ya estufas!

Ayer, después de desahogarme escribiendo, recibí un mensaje de una de las francesas en el que me decía que todos estaban en un bar por la uni viendo la final de rugby por si los quería alcanzar. Mi panorama era el siguiente: estaba lloviendo, me moría de frío, me tomaría casi una hora llegar a donde estaban y no tenía el ánimo suficiente para hacer otra cosa que no fuera leer. Así que lo hice, decidí tomar el otro camino, aquél que requería más esfuerzo y muchas más ganas de las que tenía. Abrí mi maleta para buscar la chamarra más abrigadora y de paso, algunas de esas innumerables razones por las que decidí venir a esta ciudad tan lejana y salí. Para cuando llegué quedaban treinta minutos de partido, pero de hecho así estuvo mejor porque si no seguro entraba en shock de ver tantos golpes. Aún no entiendo cómo intentar matar al jugador del equipo contrario puede ser un deporte. En verdad esos weyes sí están hechos de hule, de otra forma es imposible saltar, correr y caerse sin salir heridos. La copa la ganó Nueva Zelanda con 26 puntos contra sólo 12 de Australia.

Y bueno, de ahí fuimos al studio de Aurelié a preparar algo para la cena. La vista que tiene me dejó impresionada por ser justo lo que tenía en mente como algo ideal: de lado izquierdo, the Opera House y Harbor Bridge; de lado derecho, toda la costa de Sydney. Creo que estuve como media hora sólo viendo a través de la ventana, calculando todas las horas que tendría que trabajar para poder pagar aunque fuera un mes en ese lugar que cuesta 320 dólares por semana. Me agoté sólo de pensarlo. Para cuando regresé a la realidad, le platiqué a ella y a Thibault que estaba un poco triste y entonces me di cuenta que no soy la única loca desquiciada que está en la ciudad más linda del mundo deseando estar en otro lado. Toda la semana nos hablaron tanto del choque cultural que posiblemente tendríamos las primeras semanas que hasta lo habíamos convertido en un chiste: "I want to go to the bathroom - Oh, it's cultural shock" o "I forgot my student number - Oh, it's cultural shock". Pero en realidad nadie se escapa, y todos atraviesan por lo mismo de un momento a otro. Es parte del proceso. Y hablar de ello definitivamente ayuda.

Al ir de regreso a casa me sentía mucho más tranquila y animada. Mojarme con la lluvia unas cuantas cuadras logró reavivar mi espíritu y aunque el día sigue nublado, mi alma ha recobrado su color.
El brillo en mis ojos ha regresado.

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