13.9.07

Ay qué pesado

No sé si seré la única en pensarlo, pero esta semana sí que estuvo pesada. (NOTA: por semana entiéndase cuatro días) Primero, el lunes tuve la maravillosa idea de limpiar el departamento de Ian para que ahora que regrese lo encuentre todo arreglado y bonito. Lo malo es que escogí el peor día para hacerlo, porque para el martes tenía que entregar un ensayo de 2 500 palabras. Pero aún así lo hice. Para cuando terminé, alrededor de las seis de la tarde, estaba sentada frente a la computadora dispuesta a dejar que las palabras fluyeran. Pero otra cosa sucedió. No sé por qué acá decidí que la mejor forma para pasar una noche de estudio era intercalando una hora de sueño por cada tres de trabajo. Así que, haciéndole caso a mis párpados cansados, decidí dormir. Desperté 7:30 y entonces sí empecé a escribir sin presiones. Sabía que acabaría pasando la noche ahí y no en Kirribilli porque eso de no tener internet no me ayudaba, entonces me acomodé en la mesa, con hojas subrayadas y libros por todos lados y escribí y escribí y escribí. 8:30, necesitaba un descanso. Vi el único programa en la tele que me gusta. 1 vs. 100. Tal como lo dice el título, el participante tiene que ganarle a otros cien que están como de público pero que, como él, contestan a preguntas de todo tipo apretando el botón de respuesta A, B ó C. Por cada uno que se equivoca, se va acumulando dinero y si mata a todos, se gana un millón. Hasta ahora no ha habido un afortunado, sólo premios menores. El caso es que me divierten las preguntas. Terminó (9:30) y seguí con la misión. A la una ya no podía. Me dormí. Desperté a las dos. Acabé todo menos la lista de referencias, porque como aquí se toman super personal el plagio, no me llevaría menos de una hora hacerla. Así que volví a dormir. De 5 a 8 de la mañana. Me fui a la casa, me bañé y me fui a la uni. Terminando mi lecture hice lo que me faltaba. Llegué a Strathfield justo a tiempo para mi otra clase y lo entregué. Ya de regreso en la casa volví a dormir porque el cansancio me estaba matando. Al despertar, empecé a estudiar para el examen que tuve hoy jueves. La materia, Strategic Management. Los capítulos, siete. El número de páginas, 200. La irresponsabilidad de no haber leído ni una, total. A la una mis ojos leían pero mi cerebro ya no asimilaba ni una palabra así que me fui a dormir. El miércoles desperté, clases, comida y empezar a estudiar. Ayer sí que no paré. Pero pasó lo mismo. Hubo un momento en que mi mente estaba saturada de conceptos y ya no podía entender la diferencia entre diversificación y diferenciación. Me dormí. Desperté 5:30. Entre mis cobijas terminé los capítulos que me faltaban. Pero a las 8 me ganó el sueño. Me dormí una hora más y decidí que lo mejor sería irme a la biblioteca para terminar lo que me faltaba. Ahí estuve dos horas y después vino el maldito examen. Se supone que el hecho de ser de opción múltiple ayudaría, pero para aquellos que me entiendan, era de opción múltiple estilo Rosy Rosado. Para quienes no me entiendan, uno, que afortunados son y dos, imaginen un examen donde todas las respuestas son correctas y todo está sujeto a la interpretación que se le dé. En verdad estuvo horrible. 60 preguntas en 60 minutos. No sé cómo me va a ir, no quiero ya pensar. Lo único que en este instante me importa es ponerme de acuerdo con Adriana para saber a dónde vamos a ir a bailar en la noche. * Y bueno, aquí terminaba lo de hoy pero me acaba de llamar y me dijo que en su trabajo hay un evento especial y que no se puede salir. Así que mis dos meses de estar en Sydney tendré que celebrarlos cenando en casa y dejando que mi mente piense en cosas que no tengan nada que ver con negocios, países en desarrollo e innovaciones. *

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