APEC

Sydney fue la sede de APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation) este año. La verdad con eso de que no veo la tele ni leo los periódicos me enteré muy poco de lo que sucedió en estos días. Sólo supe que Bush vino y que hubo muchos grupos anti-él que hicieron huelgas y cosas por el estilo, que alrededor de Circular Quay levantaron una muralla de rejas por aquello de la seguridad, que ayer hubo puente en las escuelas y trabajos y que nunca había visto (ni escuchado) tantos helicópteros toooodo el día (y más por la casa porque está cerca de la zona donde se llevaron a cabo las reuniones). No sé cuantos millones se gastaron en seguridad, pero la verdad es que por un momento si pasó por mi mente dramática la posibilidad de un ataque terrorista. El blanco, sin duda, sería alguna estación del metro, no sólo porque ahí atacan casi siempre sino además porque aquí en Sydney hay un tren que cruza el Harbour Bridge y sí, maravillosamente es el que yo uso. Así que para cuando salí del metro después de haber ido a cenar a la ciudad con Annu y Jakub y vimos humo en la estación creo que dejamos de respirar por un momento. Pero después Annu reaccionó y dijo que de 8 a 8:15 iba a haber fuegos artificiales en el puente. Vimos el reloj y eran 8:16. Asunto resuelto. Aunque con tristeza. Cinco minutos antes y hubiera visto algo del espectáculo. Ni modo. Nos dirigimos a la casa pero antes pasamos a comprar vino, y como desde la tienda está cerca un parque desde donde se puede ver the Opera House, siempre volteo para tratar de localizarla. Y entonces vi en el mar barcos de colores. Les dije que se adelantaran a la casa, que iba a ver qué era eso y entonces los vi. Eran veleros que cambiaban de color, bailando en el mar. Estuvo maravilloso. Sin darme cuenta sentí una lágrima en mi cara que me recordaba todas las cosas que tuve que pasar para realizar este sueño y aunque sola y extrañando, fui feliz. Creo que ya me estoy acostumbrando a esa sensación. Y gracias a que no llevaba cámara, y que tengo un celular lo suficientemente rudimentario para no contar con esas tecnologías, localicé a algún aficionado fotógrafo que estuviera en la zona, capturando el momento, para decirle que si me mandaba algunas fotos a mi mail se iría al cielo. Mi plan dio resultado.