31.8.07

No me esperaba eso

El plan de esta mañana era ir al campus en Strathfield a checar con un coordinador cómo van mis ensayos y esas cosas pero todo cambió de un segundo a otro.

Cerré la puerta del departamento y en ese instante vino a mi mente la imagen de las llaves en la barra de la cocina. Intenté abrir la puerta pero por supuesto fue en vano. Busqué en las bolsas del pantalón. Nada. Vacié mi bolsa. Nada. Deseando haberlo hecho mal antes, volví a buscar en mis pantalones. Nada. Me quería morir. Mis mujeres comenzaron a hablar:

- No lo puedo creer.
- Por qué te pasa esto?
- Que no puedes concentrarte?
- Muy bien, justo en los días que Ian se fue de vacaciones tres semanas.
- Es tan difícil tener cuidado en esas cosas?
- Y a Europa, ni como llamarle, para él es de madrugada ahorita.
- Ay chiquita, ni siquiera salir del edificio puedes, hasta para eso necesitas las llaves aquí.
- Ja ja! y estás sola.
- Qué vas a hacer?
- Qué vas a hacer?
- QUÉ CHINGADOS VAS A HACER????

Caminé por el pasillo tratando de escuchar voces en algún departamento. Toqué en el 208. Pa variar, una chinita. Entre que yo estaba con mil cosas en la cabeza y que ella no se podía comunicar muy bien sólo logró darme su celular para cualquier cosa y me sacó del edificio. Caminé, tomé el camión y le marqué a Jakub para ver si estaba en la casa. Me dijo que sí, así que tomé el tren para Kirribilli. Saliendo de ahí le marqué a Luisa para contarle. En cuanto escuché su voz me puse a llorar. Ella trató de consolarme diciendo que esas cosas le pasan a cualquiera, que no fuera tan dura conmigo misma pero no logró convencerme del todo. Me sentía muy mal, especialmente después de haber perdido el boleto dos días antes. Cómo es que podía vivir tan distraída? Ya con Jakub lloré y lloré y lloré. Creo que lo que más de pegó fue saber que cuando esas cosas pasan en México, siempre está mamá-papá-hermana-amig@ para ayudarte pero acá, de un minuto a otro, me di cuenta que si no me empezaba a cuidar yo sola nadie iba a hacerlo. NADIE. Mis amigos en general tratarían de ayudarme pero desgraciadamente nadie lograría darme ese apoyo con el que en verdad sientes que todo va a estar mejor. Y créanme, se siente de la fregada.

Sin nada por hacer hasta que fueran las 5 pm para marcarle a Ian fuimos a buscar refrigerador, sala y otras cosas para la casa. El lugar era una bodega de mala muerte. Y es que aquí la gente acostumbra sacar a la calle los muebles o artefactos que ya no usa a ver si alguien pasa y los recoge o hasta esperar a que se desintegren con el tiempo, y aquellas personas que hacen negocio con todo, juntan las cosas, las "limpian" y te las venden a ti estudiante extranjero que no puedes pagar por una sala nueva que sólo vas a usar seis meses. Estando ahí logré hablar con mi mamá por primera vez desde que se fue a Estados Unidos y escucharla llorar no ayudó en nada. Ahí estábamos las dos, diciéndonos cuánto nos extrañábamos y nos queríamos y a la vez tratando de encontrarle una solución a mi problema. Para cuando colgué ya íbamos de regreso a la ciudad y yo con mis nervios de llamarle a Ian y explicarle la situación. Me daba una pena enooorme el tenerle que decir: "Qué crees? Estoy bien wey, fue un error confiarle tu casa a una desconocida irresponsable" pero sólo él podría darme una solución. A lo mejor alguien tenía otro par de llaves o una escalera muy grande con la cual pudiera entrar por el balcón, no sé.

Ya en el edificio, esperé a que algún vecino entrara/saliera para colarme por la puerta, y cuando una mujer lo hizo y dudó de mis intenciones, le dije que vivía ahí pero que había olvidado mis llaves en el departamento. Amablemente me dijo que por qué no iba a los agentes de bienes raíces que estaban en la esquina ya que, si ellos rentaban el lugar, acostumbraban tener una copia de las llaves. En el primero no tuve suerte. En el segundo sí. Yo quería besar a la mujer que me estaba atendiendo. Subí al 203 y abrí. Qué alegría! Las llaves no estaban en la barra de la cocina como creía sino en le baño. Qué chingados hacían en el baño? Bueno, eso ya no importaba. Ya había tenido demasiadas conversaciones en mi contra todo el día. Lo único que hice fue sonreír por no tenerle que avisar de lo sucedido a Ian, pedirle a la mujer que jamás le contara y respirar profundo para dejar salir todas las tensiones acumuladas.

1 comentario:

AJSALA dijo...

y ahora te da risa SEGURO todo eso que pasaste, espero estes bien, me fui apenas unos días y me encuentro muuucho texto, que alegria leerte de nuevo, te quiero siempre