El sábado por un amigo me enteré del coloquio "Hagamos Desarrollo Sustentable" que se llevaría a cabo en la ciudad de México esta semana. El domingo conseguí patrocinio y el lunes pagué mi lugar, sin saber en realidad a qué iba ni de qué se trataba ni nada. Me dejé llevar por el título nada más, que estos últimos días en los que he pensado qué quiero hacer una vez que termine la carrera mi respuesta es esa, hacer cosas por la Naturaleza, por quien más lo necesita. Hacer cosas para corregir un poco los errores que hemos cometido como humanidad.
Recientemente aprendí que para que una acción se considere como sustentable, ésta debe de cubrir tres factores: que sea económicamente rentable, que sea beneficioso para la sociedad y que no sea perjudicial para el medio ambiente. Y en realidad eso es lo que toda mi vida he perseguido. El factor económico creo que es el que tiene más importancia en la sociedad actual, pero para mí el hecho de poder hacer cosas no sólo que no tengan un impacto negativo en la Naturaleza sino que promuevan recuperar esa relación amigable y respetuosa que teníamos con ella hace muchas generaciones, le aporta una claridad al por qué estoy aquí. Y ni sé diga de la parte social. La historia de mis papás siempre me ha demostrado que, aunque la gente tenga una infancia en condiciones que parecieran no propicias para su desarrollo, a veces son éstas las que te definen como persona que lucha, que sueña, que alcanza. Y siempre me ha interesado ayudar a ese tipo de personas que no se dan por vencidas. Por eso estoy tan contenta, porque en estos cuatro días tuve la oportunidad de aprender lecciones de vida de personas así. Conocí gente que me dejó con el corazón llenito de ganas de seguir su ejemplo. Además aprendí muchísimo en todas las conferencias. Definitivamente fueron cuatro días muy bien invertidos. Incluso, con un poco de suerte, hasta trabajo consigo.
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