Para entrar

Por lo del proyecto de ver las mejores películas de la historia de la humanidad, la semana pasada renté la de El Padrino II, y como dura tres horas y cacho, la película viene en dos DVD’s. Cuando la puse para verla recuerdo haber pensado, Qué raro que no pasaron nombres ni nada, pero conforme avanzaba, más me interesaba en la trama y olvidé ese pequeño incidente. Cuál sería mi sorpresa cuando, apenas pasada la hora, lo que aparecía en mi pantalla eran los créditos.

Me cagué de risa de mi misma.

Obvio había empezado por el final, porque algo tan sencillo como corroborar qué número de disco era el que tenía en la mano jamás pasó por mi mente. Por supuesto me arruiné una de las mejores películas del mundo, porque era apenas el principio y yo ya sabía del traicionero y quién acabaría muerto y así qué chiste.
A lo que voy es que cuando en ocasiones puedo ser maravillosamente inteligente, hay veces también que mi cerebro se desconecta y decide no trabajar. Y en este viaje me pasó lo mismo. Decidí venirme a trabajar jurando que por mi linda cara me contratarían. No traje ni acta ni comprobante de domicilio ni de estudios ni de nada. Si cargué con mi IFE porque mi pasaporte se vence en julio y era la única manera de poder subirme al avión, si no seguro también la dejaba. Y bueno, hablo de todo esto porque ya recibí la llamada que confirma que me van a contratar!!!! Y claro que estoy feliz, pero por mi tarugada habrá que mandarme mis documentos de México, y de aquí a que lleguen y junto todos los papeles que me piden, pasará una semana sin poder estar en contacto con los delfines. Ni modo, una piedrita en el zapato. Pero después, a trabajar con delfines!!!! Wuju!!!