23.6.08

Trámites

Dos de las cosas que me pidieron para entrar a trabajar fueron una carta de antecedentes no penales y el número de seguro social. Y entonces hoy dediqué mi día a la obtención de ambos.

Para la carta, me presenté en la Procuraduría a las nueve de la mañana con un par de minutos. La fila, para mi suerte, no era tan larga. A los veinte minutos ya estaba entregándole mis papeles al encargado, pagando los $115 que cuesta el trámite y dejando que las huellas de mis dedos índices hicieran constatar que estoy libre de acusaciones.

De ahí me fui al IMSS, donde me entregaron mi turno: 450. Después de observar que sólo había una ventanilla para el trámite de preafilación, apliqué un poco de lo aprendido en mi clase de Teoría de las decisiones con respecto a la teoría de colas y calculé que me atenderían a las 11:20. Eran diez para las diez. Me esperaba la aburrida de mi vida. Empecé leyendo mi libro de Saramago, pero a la media hora ya había demasiada gente y con tanto barullo ya no me pude concentrar. Hice un par de sudokus en mi celular y luego salí a ver si había algo que pudiera comer. Y es que nunca falta la señora que vende antojitos en su cajuela. Probé una empanada de queso que era más bien una quesadilla fría y un sope con pollo en mole y una rodajita de huevo duro. He olvidado cómo les llamaban. Para cuando regresé había pasado una hora desde que llegué y se me estaban acabando mis recursos de entretenimiento. Prendí mi ipod y dejé pasar el tiempo…

Me atendieron 11:14, y fue porque justo con mi turno abrieron una segunda ventanilla, la siete. Y así fue cómo en un día pasé de ser alguien desconocida por el sistema a alguien institucionalizado, con información de la AFORE XXI y toda la cosa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

dónde trabajas?