Pues sí, el problema de México somos los mexicanos. La corrupción y la delincuencia no son asuntos propios del Estado, de la autoridad, sino de todos nosotros. Y, a manera de auto-acusación, tengo que decir que yo formo parte de ese México del que tanto me quejo. Formé parte cuando le di al poli una mordida para que no me multara. Formé parte cuando le di a la encargada del corralón un par de pesos más para que me dejara sacar mi coche aunque no estuviera a mi nombre. Formé parte anoche que compré boletos para el concierto de Radiohead en reventa. Y claro, para todo tengo una justificación: un examen en menos de diez minutos, no causar que la persona que podía sacar el coche tuviera que regresar de sus vacaciones, el mejor concierto del año. Pero así como yo, todos tienen una justificación que a corto plazo parece ser suficiente pero que, a futuro, resulta absurda comparada con el daño que le estamos haciendo a nuestro país. No tendríamos que esperar a salir en la primera plana del périódico para darnos cuenta que son esas pequeñas acciones las que nos hacen perder la noción de un bien común por confundirnos con el bienestar personal. Pero, cómo lograr una sociedad en la que seamos capaces de sacrificarnos como individuos con tal de lograr el máximo beneficio para todos?
17.3.09
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