Hay días que despierto tranquila, sabiendo que todo pasa y que sólo es cuestión de ir sanando con el tiempo.
Hay otros que despierto angustiada, pensando que ésta es una de esas cosas que entrarían en la lista de "Las peores cosas que te podrían pasar en tu vida".
Pero hoy me dí cuenta que, en realidad, las cosas que están para mí en esa lista tienen que ver con la muerte.
Entonces ahí entra el diagnóstico de una enfermedad muy rara, esas que le dan a uno entre 300 mil, que nadie sabe cómo tratar y entonces le dan seis semanas de vida.
Entra un accidente automovilístico, donde el otro conductor iba borracho y nadie sobrevivió al impacto.
Un secuestro en el que no sirvió de nada pagar el rescate porque, de todas formas, la persona no regresó.
Un vuelo de emergencia porque tu mamá está hospitalizada. Porque a tu mamá la encontraron, después de tres días, inconsciente en su departamento. Porque tu mamá no se tomó las medicinas que necesitaba. Porque tu mamá estaba triste, sola. Porque fue su cumpleaños y nadie la felicitó, ni siquiera tú.
Una decisión. Tener que decirle adiós porque no hay dinero. Una vez más el dinero...
Y nada. Ninguna conclusión. Sólo que ésta semana ha sido excelente para pensar acerca del tiempo y otros males.
8.2.09
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