Regalos

Según la Real Academia Española, un regalo es una dádiva que se hace voluntariamente o por costumbre. A mí eso no me dice nada. Para mí un regalo es el resultado de un largo proceso de observación y conocimiento de alguien más. Son horas invertidas, materializadas en algo que al final (esperamos) arrancará una sonrisa. Por eso me encanta dar y recibir regalos. Y por eso también, jamás regalaré una caja de Ferrero Rocher ni unos boxers, porque los considero los artículos más impersonales de todo el mercado. Para mí es como si vinieran con una tarjeta en la que, con tinta invisible, se escribe "En estos días en los que el tiempo escasea, no quise detenerme a pensar qué sería realmente de tu agrado y preferí obsequiarte esto que nunca falla. Felicidades!"
Para mí, se trata de dejar una parte de ti en cada regalo. Regalo que puede ir desde un libro, un disco o un dulce hasta ese juguete que sanará tu infancia...no porque sea el correcto sino porque el proceso para conseguirlo te conmueve hasta lo más profundo de tu ser. Y por eso (y por la ensalada de manzana) amo la Navidad. Porque por una noche ellos se convierten en tetera, en páginas, en imágenes...y así, tú podrás llevarlos por siempre a tu lado.