18.10.08

Génesis

Una de mis películas favoritas, Génesis, empieza diciendo lo siguiente:

= Estar vivo es tejer una historia entre un principio que no recordamos ya y un final del que no sabemos nada.=

En lo personal, me queda bastante claro que con una forma de vida como la que tenemos, en la que la mayoría de las veces sólo vemos lo más próximo, es decir, el pasado reciente y el futuro inmediato, en ocasiones es difícil crearse un panorama completo de nuestras vidas. Sólo al final de la existencia estaremos en posición de mirar hacia atrás y ver el camino recorrido. En ese momento, seguramente la historia de nuestra vida parecerá perfectamente lógica. Pero por ahora, es imposible imaginar siquiera la complejidad de las fuerzas que están detrás de cada acontecimiento, de cada decisión tomada. Es por eso que en ocasiones, para calmar un poco nuestra incertidumbre, el destino nos manda señales, pequeñas coincidencias con las que la vida se comunica con nosotros y nos indica el camino que hay que seguir para resolver el gran misterio de nuestra existencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La gente escribe tanto estos días que a veces siento no tengo nada que agregar, que todo está dicho ya... Comparto un pedacito de mi luna menguante contigo porque creo que te gustó...

Cuando llegue tu momento de decir adiós, acuérdate que hay cajas de "Archivo muerto REFORZADO" para esas pequeñas grandes cosas que tal vez nunca dejaremos de cargar... TE AMO INFINITO... y pase lo que pase, siempre llévame contigo, promise, promise??

...Ahora, años después, lo descubres, lo sabes. No era miedo al olvido. Era miedo a esa clase de permanencia. Eres de ese tipo de personas que no se dan media vuelta cuando deberían. Nunca has intentado ni siquiera, esquivar los encuentros, los recuerdos. Es como si un día, caminando por la calle lo vieras a él, o a él, o a ese otro a lo lejos. La mayoría de la gente daría vuelta en la primera esquina, o marcha atrás. Harían lo que fuera para evitar ese instante… se sabe de antemano que se volverá un círculo vicioso. Y tú simplemente te quedas ahí, esperando… Te acomodas el pelo, respiras profundo… le sonríes a la casualidad. Y si él toma otra dirección, y la increíble coincidencia se termina, haces todo por no soltar la magia del mundo. Lo sigues. Una curiosidad se desata en tu vientre y no puedes evitarlo. Quieres saber si se reunirá con alguien más, saber cómo es ella y si lo hace feliz. Piensas sobre cada paso que das, qué decir, cómo reaparecer. Y los recuerdos vuelven uno a uno en ese coche que acaba de pasar, en el perro que ladró, en el letrero de la esquina, en los árboles, y en los papalotes que no aparecen en el cielo pero que sabes alguna vez volaste con él. De pronto esos recuerdos te hacen pensar (y te la crees) que todavía lo amas. Qué obviamente (y cómo hacerlo??!!) no lo has olvidado.

¿Y cómo perderlo a él, dejarlo ir, sin perderte tú en el camino?

Sin embargo, en ese preciso instante, sentada sobre tu cama, descubres que es más sencillo de lo que crees. Los recuerdos están en ti y no en los objetos. Entonces los tomas y observas por última vez, los rompes en cachitos pequeñitos y los tiras a la basura. Todo eso ya no es lo que era porque tú ya no eres la misma. ¿Para qué prolongar entonces una despedida que sucedió hace tanto tiempo? Te deshaces de los objetos porque por si solos no son nada, tú les agregas significado. El significado puede permanecer dentro de ti aún con la ausencia… Así ha sido todo este tiempo.

Anónimo dijo...

Hay tantas cosas que quisiera decir... pero, todo se resume en eso que tu dices en este blog. En la incertidumbre de porque las cosas suceden de una manera o de otra, y de ese momento en que por fin podremos mirar hacia atras y entender las circunstancias y detalles que estuvieron ahi, en cada instante de nuestra vida y de nuestro ser. Por ahora, trato de ser positiva e imaginar un futuro prospero, donde con el tiempo deje a un lado el pasado doloroso que me ha llenado de tanta rabia y amargura. Pero me da miedo pensar que tal vez no son las circunstancias, ni el lugar en donde estoy; tal vez es este sentimiento de no-pertenecer, de no ser "ni de aqui ni de alla", o tal vez solo soy yo misma...