El domingo es el día de la semana que veo a mi papá. Usualmente vamos a comer, pocas veces a desayunar, creo que nunca a cenar. Pero este domingo fueron las tres. Por tener un par de citas de trabajo en León, tenía que ir casi de entrada por salida; entonces para que por lo menos pasara la noche en Guanajuato, lo acompañamos Luisa y yo.
De ida desayunamos en un hotel super bonito, con un jardín hermoso, donde uno puede perfectamente imaginar su boda. Pavorreales y toda la cosa. Al llegar al hotel, dejamos las cosas y nos fuimos a dar una vuelta por una de las tantas plazas de zapatos que hay en la ciudad, y pa las pulgas de mi papá, no encontramos un solo par que nos gustara. Si no era por el color o un adornito que ya no nos convencía, era por el número o por ser único par. Mi papá no podía entender qué tiene de complicado escoger unos zapatos; supongo que es cosa de mujeres. Y más para las que nacemos destinadas a estar descalzas. En fin, de ahí nos fuimos a comer a un lugar de comida japonesa, Take. Después de varios intentos para llegar, el humor no estaba del todo bien; pero con un comentario como "el Dragon Roll es una caricatura señor" y conforme la comida fue llegando a la mesa, todo se compuso. Además estuvo la música: parecía que alguien le había puesto play a mi iTunes, tal cual. Con decir que cuando escuchamos de fondo "Listen baby! Ain't no mountain high..." los tres soltamos la carcajada. Cuando preguntamos por el DJ , con toda la intención de decirle que tenía que casarse conmigo, nos dijeron que era un canal de SKY. Yo supuse que se llamaba Sally's Channel. Anyway, de ahí nos fuimos a otra plaza donde contamos con más suerte porque encontramos los números y colores que buscábamos, y entonces todos contentos regresamos al hotel. Después de una reunión express que tuvo mi papá con el cliente, nos fuimos a Chilli's a ver el partido de México. Ahí, le volvimos a empaquetar (jaja) y entre brindi y brindi, disfrutamos el amor que mi papá toda la vida nos ha demostrado. Parada técnica para comprar agua y de regreso al hotel.
Dormí delicioso.
En la mañana tuvimos un desayuno rápido en el hotel porque había noticias de que en la ciudad estaba lloviendo mucho y muy fuerte, entonces quisimos tomar carretera antes de que las nubes lo complicaran todo. Todavía nos detuvimos a comer en otra hacienda muy linda donde probé unas enfrijoladas que estaban buenísimas. Ya casi llegando a México nos detuvo una patrulla por ir a 130 km/hr y déjenme les paso un tip: ya no quitan la licencia. Sólo se tiene que pagar una multa equivalente a diez salarios mínimos; pero si lo haces antes de 15 días, aplica el 50% de descuento. En fin, llegamos a la ciudad, hicimos un par de cosas que estaban pendientes y llegamos a mi casa. Entonces escribo, para que el tiempo pase más rápido y yo no muera en el intento de saber qué será de mí este verano.
9.6.08
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Mira, hasta se me salieron las lagrimas... Ultimamente no sabes como he extranyado a mi papa. Y cuando leo esas cosas que escribes del tiempo compartido con la familia, siempre me pregunto si algun dia la vida me dara la oportunidad de recuperar el tiempo perdido. Los amo infinito.
siceramente no he leído los blogs desde hace... un ratote, pero quise escribir algo
hola
:)
Publicar un comentario