Sabiendo que regresaste pero sin saber si has vuelto escribo, jugando a que me lees así como yo te leo y entonces evitamos hablar de cosas que se tornan necesarias…
Porque hoy necesito decir que puedo jugar a descubrirte, a saber si en el fondo eres esa persona que vi en tus ojos desde el primer día o si en realidad ese alguien nunca ha existido.
Hoy te hago saber que también puedo jugar a que no me importas, a que me tiene sin cuidado lo que pudo lastimarte en el pasado.
Incluso puedo jugar a sólo tener encuentros de esos que no dejan rastro en la memoria.
Podría jugar a quererte, como nadie más;
o a odiarte,
como nunca antes.
Hoy puedo jugar a ser quien inspira tus letras, a ser quien te roba suspiros de esos que duelen.
Puedo jugar a ocultarte, a no hacerte parte de mi historia.
Podría, incluso, no jugar.
O jugar a que te sueño diciendo que me extrañas, que me quieres para ti.
O jugar al silencio, al adiós...
Pero y tú, a qué juegas?