17.11.07

Contando el tiempo

Anoche, de regreso a la casa tuve que caminar lo más sutil que pude porque me estaba haciendo pipí a un grado extremísimo, como pocas veces en mi vida. Y fue por eso que, con ayuda del cronómetro de mi celular, decidí contar el tiempo que duré haciendo del baño. Fueron dos minutos con cuarenta y cinco minutos. Me quedé impresionada. Pero hoy puedo reírme de lo que ayer consideré ser una eternidad.

Existe una religión llamada Bahá'í, creada en Persia alrededor de 1850, que tiene como principios el reconocimiento de la unidad de todos los seres humanos, de la igualdad entre el hombre y la mujer, la eliminación de los extremos de pobreza y riqueza, la paz del mundo y la adopción de un lenguaje universal, entre otras cosas. En todo el mundo sólo existen siete templos, y uno de ellos está en Sydney. Así que después de varias semanas de quererlo visitar, hoy en la mañana busqué como llegar y decidí ir. Por ser sábado, y por estar lejos de la ciudad, los camiones que debía tomar tenían un horario muy limitado. Y, no contando con que habría un poco de tráfico, para cuando llegué a la parada donde debía tomar el tercer camión, ese que me llevaría a la entrada del templo, ya era muy tarde. Pero esa no era la mala noticia. Lo malo era que el siguiente camión pasaría a las tres, y apenas eran las doce y media. Esperarme dos horas y media en medio de la nada? Nunca! Así que qué hacer? Tomar un taxi y pagar mínimo diez dólares o caminar? Revisé en la hoja donde había apuntado toda la información que necesitaba y vi que la distancia entre donde yo estaba y mi destino eran 14 minutos. Fue entonces que mi mente dijo: seguro caminando es un poco más del doble, y cuarenta minutos sí los caminamos, sirve que conocemos la zona.

Y entonces decidí caminar. Gran error.

Cuando le pregunté a la primera persona que si por esa calle llegaba, me dijo que sí, y cuando le pregunté qué tan lejos estaba me dijo que eran como unos cinco kilómetros. Desgraciadamente, para mí ese lenguaje no significa nada y bien me pudo decir globos inflados y yo hubiera entendido lo mismo. A la segunda persona que le pregunté si por esa calle llegaba, después de haber caminado unos 15 minutos, me dijo que sí y que me tomaría como una hora. Mi mente dijo: no, la gente exagera, tú sigue caminando. A la tercera persona que le pregunté, después de haber caminado media hora, me dijo que me faltaba como una hora pero era una viejita y entonces juré que ese tiempo era a su ritmo. Si tan sólo la hubiera escuchado...

Caminé y caminé y caminé y no llegaba a ningún lado. Literal estaba en medio de la nada.

La parada del camión era ésta

Un signo anunciaba esto


Vamos, no había ni banquetita donde caminar


Fue entonces que de repente lo vi a lo lejos


Muy lejos


Pero no me quedaba otra que seguir caminando. Para ese entonces ya era más de la una y el sol estaba en todo su esplendor. Lo bueno es que llevaba mi botella con agua, pero cuando ya casi se me acababa, mi mente empezó a desvariar y pensó: Sally, si te derrites ahorita, ni quién se entere porque a la hora que te saliste, todos en la casa seguían dormidos y entonces no le avisaste a nadie a dónde ibas. Y de repente me invadió un sentimiento como ese desamparo existencial que se siente en algunas noches que va más allá de saber que vamos a morir o que otros van a morir y tendremos que enfrentarlo. De repente me sentí no chiquita sino minúscula en el mundo. No pude ni siquiera llorar de lo impactante que había sido la sensación. Sólo seguí caminando. Hasta que llegué al lugar, donde estuve sólo cuarenta minutos porque el camión que me llevaría de regreso eso tardaba en pasar. En un principio quise regresar a ver la ceremonia del domingo, pero la verdad es que hoy fue debut y despedida de ese lugar para mí.


Estuve caminando durante una hora y cuarenta minutos. Todo para tener un encuentro con la banalidad de mi existencia.

2 comentarios:

AJSALA dijo...

tengo para ti una noticia: llegar al centro (fuente, dios, éxtasis, incluso orgasmo, o como ud le quiera llamar) no es fácil, a ti te llevó 1 45 seaber la "banalidad" de tu existencia, que yo mejor diría que encontraste que eres un granito de este mar, y que sin tí no podría ser....

Anónimo dijo...

Lya tiene razon... el tiempo transcurrido tiene o no relevancia dependiendo del cristal con que se mire... Yo opino que deberias regresar (en camion, claro) y ser parte de la ceremonia. Tan solo una vez. O que tan seguido estas en un pais lejano, donde existe uno de los pocos templos de una "religion" tan especial??