Reunión

Ayer en la noche, una de las francesas, Aurelié, organizó una cena en su maravilloso estudio, el que tiene la mejor vista de Harbour Bridge y the Opera House. La cita fue a las ocho y lo que comimos fueron crepas al estilo taco. Y es que en verdad las trataban como tortillas. Aplicaron el ponerla en la palma de la mano, ponerle queso, jamón y lechuga y hacerla rollito al morder. A pesar de que la mayoría del tiempo entre ellos hablaron en francés (y no los culpo, tal vez si yo tuviera con quien hablar en español no haría el intento de no hacerlo) fue divertido compartir con ellos ese ratito. Sin duda lo mejor de la noche fue cuando Max empezó a cantar canciones en español para presumirme que se las sabía. La primera fue “Suavemente bésame, que quiero sentir tus labios besándome otra vez…”, después “Vamos a la playa oh o-oh o-oh” y luego me salió con una “México Méxiiiiiiiico” que yo nunca había oído, así que aprovechando el acceso a la tecnología, nos metimos a una página estilo youtube pero francesa a ver si encontrábamos el video y ahí estaba. Creo que me reí como dos horas seguidas. Nomás chequen lo que circula por allá.





Alrededor de las doce nos movimos a la ciudad y por quincuagésima octava vez olvidé mi pasaporte, por lo que no pude acompañarlos al bar donde decidieron seguirla. Pero estuvo mejor porque hoy me enteré que unos amigos cortaron y que todos se pusieron un poco mala copas y ahí sí safo.
Hoy tenía toda la intención de trabajar en un caso que el próximo jueves tengo que presentar en mi clase de Strategic Management, pero desde que desperté no ha parado de llover y está taaan rico el día aquí en mi camita que nomás no me entra la concentrancia. Además tuve la suerte de encontrarme a dos amigos en Skype y entre noticias y risas se me ha ido el tiempo, así que más bien lo dejaré para mañana y seguiré disfrutando de ese continuo plic-plic en mi balcón.