De comer

En la media hora de camino que hago en tren los martes de un campus a otro, normalmente voy pensando pura tarugada, pero hoy no fue así. Hoy me di cuenta que llevo platicándoles sólo de lo que me pasa, lo que siento, lo que hago, pero no he hablado lo que se dice hablado de Sydney, de Australia. Así que decidí inaugurar una clase de entradas que tratarán de describir detalladamente como son las cosas por acá. Y entonces hoy les contaré de la comida.
El método es como en Estados Unidos: desayuno entre las 6 y 8 am, lunch entre 12:30 y 2 y cena entre 7 y 9. Tomando en cuenta que vivo con un inglés, no puedo asegurar que su forma de desayunar sea 100% australiana o más bien sea una costumbre inglesa de la cual nunca se pudo deshacer, pero creo que en general los alimentos son ligeros: café, té, frutas. Nada de chilaquiles, molletes, ni huevos rancheros. Ni siquiera en fines de semana. La comida, o lunch, se toma generalmente en la calle, y son ensaladas, sandwiches, pastas, fish & chips (chips! no french fries, ni siquiera fries...eso aquí no existe) y por supuesto todas las opciones de comida asiática que existen: china, japonesa, tailandesa...Y la cena es lo pesado: sopas, carne, pollo, pescado, pasta o lo que sea necesario para sufrir de una indigestión bárbara todas las noches. Hasta el momento yo he seguido con mis costumbres gastronómicas, es decir, desayuno un par de huevitos con queso y jugo de naranja o un poco de yogurt con un pan, dependiendo cómo amanezca mi paladar; como pescado con ensalada o pasta (porque una vez más he decidido apegarme al vegetarianismo lo más que pueda); y ceno (qué creen?) cereal con leche. O sólo leche (aunque mi mamá se enoje...te amo mamita!!) Y es que he encontrado una novedad toda novedad maravillosamente maravillosa. Se llama SipAhh y es...a ver si me explico...un popote adentro de otro pero en el espacio entre los dos hay chochitos de sabores y entonces cuando absorbes la leche simple se mezcla con el sabor y entonces tienes leche de fresa! o de chocolate con menta! Nada de grumos indisolubles! Sólo pones tu popote y listo!

Pero no piensen que eso es lo más mágico que verán. Sus ojos se llenarán de ilusión cuando lleguen al refrigerador de los quesos y vean que nunca más en su vida sentirán tristeza por no poder comer Philadelphia porque está todo verde, o negro, con pelusas, lleno de hongos horribles. El paquete viene dividido en cuatro, y así vas abriendo lo que comes, sin prisas por tener que acabarte todo el paquete en menos de tres días porque si no se hecha a perder (aunque haya algunos para los que eso no es ningún problema, verdad flako?). Y bueno, con decirles que por comer crema aquí la gente se hace más culta...