Ayer regresamos de Acapulco, y se supone que hoy iría a la universidad pero preferí quedarme con Mar porque ya casi se va, y cada minuto con ella vale más que cualquier clase pedorra en la primera semana del semestre. Justamente escribo sólo porque ella sigue dormida, y no quiero dejar de contar lo que fue de estos cuatro días...
Como escribí en mi entrada anterior, hace mucho no hacíamos un viaje todos juntos, y pude darme cuenta que aunque han pasado muchos años, hay cosas que nunca van a cambiar. Mi papá siempre estará de mal humor al salir de viaje, siendo la impuntualidad algo que tolera muy poco. Pero siempre acabará arrepintiéndose y haciendo cualquier tipo de comentario chistoso que pueda corregir su error. Mi mamá nunca dejará de ser del mar, de la playa. Si por ella fuera se quedaría todo el día nadando bajo el Sol, jugando con las olas, caminando en la arena recogiendo conchitas. Y de corazón, qué decir...las canciones especiales siempre le robarán una lágrima, y aunque ella diga que ya no llora, todos sabemos que no es así, que ver crecer a sus hijas siempre la llenará de emociones incontrolables y una alegría indeleble. Mar es nobleza, es amor. Ella es el acto inesperado que arriesga hasta el último minuto para conseguir algo que te robe una sonrisa. Mar es incienso, es viento sublime que llena mi ser de felicidad cuando estoy con ella. Luisa es un comentario ocurrente y una opinión directa, es la piel sensible que ama tomar el Sol pero no debe. Luisa es belleza en ser, en alma. Y yo...yo sigo siendo reservada cuando de hablar de sentimientos se trata, silente pero observadora, independiente pero entegada. Amante de la música, feliz y sonriente, de alma tranquila. Feliz.
Feliz porque, aunque dudo que volvamos a hacer otro viaje solos los cinco, me di cuenta que seguimos haciendo una gran familia. Feliz de haber estado con la gente que más amo en el mundo estos cuatro días, con un gran número de experiencias inolvidables. Entre ellas, la noche que fuimos a jugar Bingo y que Mar ganó! Gente, ni traten de secuestrarla, fueron sólo $46 pero ella la más feliz. También el ver el atardecer en Barra Vieja. O jugar en el mar con boogie boards. Inventar nombres for the baby Lehto. Y las tortugas...una noche que fuimos a cenar en el lugar había un estanque con una familia de tortugas, y una de las más chiquitas estaba jugando con otra de la forma más linda que he visto una convivencia en la Naturaleza. Era como si le pidiera que la cargara de caballito. Y quedamos tan fascinados que mi papá compró al otro día uno de los adornos que creo que todas las familias tienen, esos que empiezan con un animal en tamaño grande y se sigue en escalerita hasta el más chiquito. Lo especial de éste era que el animal era una tortuga, y cada uno de nosotros se quedó con una para que nos acompañe en todos nuestros futuros viajes. Así que hoy queda registrada otra categoría, la que consistirá en hablar de esos lugares que conozca, acompañada de una fotografía representativa. He aquí el ejemplo.
18.1.07
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1 comentario:
Estuve casi una hora yendo de un link a otro sin aterrizar donde quería... sabes que soy pésima con esto de la maldita tecnología... (Yo sigo sin poder comprender y aun sorprendida de cómo funciona el radio!!!!)
En fin solo para decirte que te AMO guayaba, que tenía que tomarme un tiempito para leerte y sobre todo decirte que este viaje ha sido el mejor de mi vida...
PD. Busca there but for the grace, mi poema favorito, te va a gustar...
Shisha
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