Cuando por fin llegamos a Cancún moría por meterme al mar, pero por irnos a hacer otras cosas regresamos al hotel cuando ya estaba obscuro (que en esta época es a las 6:30) y sólo estuvimos en la alberca y en el jacuzzi, situación no sujeta a queja alguna. El domingo sí estuvo dedicado a tirarnos al sol como lagartijas, y en la noche fue cuando nos metimos el susto de nuestras vidas al ver que llegaban patrullas y policías en moto al lugar donde estábamos, pero la tensión desapareció cuando al estar en nuestro cuarto, sanas y salvas, tiré la alarma contra incendios del techo por tratar de matar a una inocente palomilla. Ese pobre cuarto sufrió conmigo de huésped. No por nada la gente que me conoce dice que tengo manitas de estómago...
El lunes fuimos a conocer dos zonas arqueológicas, la de Xel-ha y la de Cobá. Ahí me acabaron los mosquitos, pero vale muchísimo la pena caminar por esos senderos sin saber qué maravilla te vas a encontrar a la vuelta.
Pero si de hablar de maravillas se trata, el martes Lya, Gerardo y yo nos adentramos en la selva para conocer el cenote Siete Bocas. Para esto sí no tengo palabras, es algo que uno tiene que conocer para poder entenderlo, porque de otra forma resulta imposible explicar el tono de azul tan brillante del lugar que tiene un mínimo de 150 metros de profundidad. Nosotros llegamos a la conclusión de que los mayas no desaparecieron, sino que viven en ciudades submarinas que son las que brindan tanta luz al agua. Y bueno, podría seguir escribiendo hojas y hojas de mi viaje, pero, uno, no quiero aburrir a mis queridos lectores (risas) y dos, mi hermana Mar vino de vacaciones, entonces he procurado estar con ella todo el tiempo posible y aunque es un placer estar escribiendo, prefiero hacerlo después cuando ella no esté aquí. Así que esto es lo último, y va pa´ti Lya...mi corazón está muy contento porque empezó el año con una persona que sabe se quedará para siempre entre tantos recuerdos contruidos. En verdad estoy muy agradecida contigo por haber pensado en mi como compañera de viaje. Sólo queda decirte que fue un gusto haber estado en Tucancún juntas compartiendo tantas y tantas risas. Te quiero.
1 comentario:
CARAYYYY que viaje, gracias a ti... neta la pasamos increible, y si, ya estas apartada pa diciembre, ve "rezando" pa que puedas faltar las 2 primeras semanas de diciembre a clases, abrazos miles, te quiere, siempre
yo
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